Abstract
The analysis of the specialized literature on entrepreneurship education shows the existing doubts about its validity and the difficulty of comparing and generalizing the results obtained by previous research on this education, as there are many difficulties in its definition and terminology. Therefore, the objective of this work is to establish and delimit a definition that integrates the different perspectives existing in the previous literature and thus, to be achieved a unified language that contributes to define training programs that achieve the desire objectives, increase the entrepreneurial intentions and improve entrepreneurial skills Keywords: entrepreneurship education; entrepreneurship; education; concept JEL Classification: A23; I25; L261. Introducción
Las relaciones entre la educación y el empleo parecen haber constituido siempre una de las mayores preocupaciones en el momento de desarrollar la planificación educativa (Barrigüete, 2006). Durante mucho tiempo el crecimiento de un país y la creación de empleo se relacionaban con la existencia de grandes empresas. Por ello, los sistemas educativos motivaban a sus estudiantes a convertirse en empleados de estas entidades en lugar de fomentar el trabajo por cuenta propia (Alemany et al., 2011). Sin embargo, el aumento del paro juvenil y el retraso en la incorporación al trabajo causado por la crisis económica, junto a la demostración de que el tejido empresarial está formado principalmente por PYMES (Gobierno de España, 2018) y que son las pequeñas empresas las que generan un mayor porcentaje de empleo, han cambiado este enfoque tradicional (Comisión Europea, 2017; De Pablo, 2013; Martín et al., 2013). De esta manera, la opción del emprendimiento, definida por Alemany et al. (2011) como una forma de pensar, razonar y actuar vinculada y suscitada por la búsqueda y la persecución de una oportunidad, cobra especial relevancia como vía de acceso al mercado laboral y se convierte en un aspecto fundamental en el desarrollo económico y social de cualquier país (Giacomin et al., 2011; Laukkanen, 2000; Raposo y do Paco, 2011; Rasmussen y Sorheim, 2006), resultando su estudio cada vez más interesante y necesario (Martín et al., 2013; Hernández-Prados y Tolino-Fernández-Henarejos, 2015).
Esta nueva orientación se ve apoyada por un aumento de la concienciación en Europa sobre la necesidad de conseguir una cultura empresarial y fomentar la asunción de riesgos, la creatividad y la innovación (Comisión Europea, 2002). Con el fin de reforzar este enfoque para favorecer la aparición de empresarios como instrumento para dinamizar las economías y promover la flexibilidad del tejido productivo y, de esta forma, el cambio estructural, ha aparecido un conjunto de iniciativas entre las que destaca la educación empresarial (Guzmán y Liñán, 2005), entendida como un conjunto de actividades formativas que intentan desarrollar la intención de realizar comportamientos empresariales (Liñán, 2004).
Además, una premisa importante que sustenta la expansión de este tipo de educación es que el espíritu empresarial puede aprenderse (Fretschner y Weber, 2013), por lo que la educación puede desarrollar la intencionalidad empresarial de los estudiantes (Pittaway y Cope, 2007a) y, en última instancia, facilitar la creación de empresas (Nabi et al., 2010). Por tanto, la educación empresarial puede contribuir al desarrollo de las actitudes, habilidades y competencias empresariales de los estudiantes (Kuratko, 2005; Martin et al., 2013; Piperopoulos y Dimov, 2015).
Sin embargo, a pesar de que la educación empresarial es uno de los campos de educación de mayor crecimiento a nivel mundial (Sirelkhatim y Gangi, 2015), está lejos de alcanzar su madurez (Do Paço et al., 2015). La terminología es problemática y, a pesar de encontrar numerosas definiciones en la literatura, todavía falta una definición clara y globalmente aceptada (Ruskovaara, 2014). De este modo, este trabajo tiene como objetivo principal contribuir a la unificación de los conceptos relacionados con la educación empresarial con el fin de conseguir (1) una definición, (2) un término y (3) una clasificación uniforme entre todos los investigadores que permita la comparación y generalización de los resultados obtenidos.
2. Revisión de la literatura sobre la educación empresarial: definición, terminología y clasificación
La educación empresarial está adquiriendo mayor relevancia, convirtiéndose en un importante tema de investigación (Kuratko, 2005; OECD, 2010), por ello es fundamental definir adecuadamente este concepto. El análisis de la literatura especializada en este tipo de educación muestra un gran número de dificultades de definición, concepto y contexto que conllevan dudas en torno a la validez, posibilidad de comparación y generalización de los resultados obtenidos por las investigaciones previas sobre esta educación (Matlay, 2006). Curiosamente, lo primero que encontramos es la falta de consenso en el propio término empleado (Haase y Lautenschläger, 2011). Además, tal y como señala Liñán (2004), si tenemos en cuenta las diferentes definiciones de emprendimiento o emprendedor, existe confusión en la comunidad de investigación en torno a lo que es el emprendimiento, lo que hace un emprendedor, como es él o ella, y lo que debe ser enseñado en los cursos de emprendimiento (Sexton y Bowman, 1984). De esta manera, cuando se habla de esta educación no se suele estar haciendo referencia a lo mismo (Byrne et al., 2014). Es por ellos, que a continuación se realizará una revisión de la literatura, con el fin de establecer una definición, terminología y clasificación única para futuras investigaciones.
2.1. Definición
Para la consecución del primer objetivo, aportar una definición global, nos centramos en algunas de las definiciones que se han realizado en los últimos años (Tabla 1). Como ya anticipó Bueckmann (2014) en su estudio, se puede observar la existencia de dos enfoques predominantes. Por un lado, algunos autores como Akudolu (2010) o Fayolle et al. (2006) orientan esta educación al desarrollo del espíritu y cultura empresarial. Esto quiere decir, el fomento de un conjunto de actitudes y características que están relacionadas de un modo más o menos general con la iniciativa empresarial y permiten el desarrollo de ciertas cualidades personales sin centrarse directamente en la creación de nuevas empresas. Sin embargo, otros autores como Hindle (2007) se centran más en la creación de empresas, lo que significa que la educación empresarial trata de relacionar y canalizar estas cualidades de forma mucho más específica hacia la creación efectiva de empresas y el autoempleo. A pesar de esto, es importante resaltar que ambos enfoques pueden ser complementarios, existiendo autores que consideran la educación empresarial como una combinación de los dos. En esta posición podemos encontrar a Fayolle y Degeorge (2006) y Rasmussen y Sorheim (2006). En este sentido, puesto que una de las razones por la que surge este tipo de educación es la necesidad de favorecer una cultura empresarial, pero también la aparición de emprendedores, creemos que la combinación de ambos enfoques es el que más se adecua a la realidad. Además, todas estas definiciones ponen de manifiesto que el objetivo que persigue la educación empresarial es la sensibilización o capacitación del estudiante.
Es por ello que, a partir de todas las definiciones expuestas, las autoras de este trabajo entienden por educación empresarial aquellas actividades formativas que desarrollen las capacidades, actitudes, cualidades personales y técnicas asociadas a la iniciativa empresarial (capacitación y desarrollo del espíritu empresarial) o aquellas dirigidas a concienciar sobre la actividad empresarial (sensibilización) con el fin de crear una empresa (creación de empresas).
Es importante no confundir la educación empresarial con los estudios generales de economía; a pesar de que, en ciertos conceptos, como los conocimientos básicos sobre el funcionamiento de la economía o empresa, coincidan. Como hemos definido previamente, la educación empresarial se orienta a impulsar las capacidades personales que forman la base del comportamiento empresarial y a fomentar el empleo por cuenta propia como opción profesional. Además, esta educación ayuda a alcanzar la comprensión del mundo empresarial y del papel de los emprendedores en la sociedad (Comisión Europea, 2004), y se preocupa por la actitud, intención y el proceso de la creación de la empresa (Liñán, 2007). Sin embargo, la formación en aspectos de gestión, como administración y dirección de empresas, se interesa únicamente por el ámbito gerencial de la empresa (Gúzman y Liñán, 2005; Zeithaml y Rice, 1987), es decir, no se preocupa de las características, habilidades, actitudes o intenciones del participante, sino de los conocimientos técnicos necesarios para poder dirigir y administrar el funcionamiento de una compañía. En consecuencia, no se interesa por el proceso de creación de un proyecto empresarial independiente sino por la organización de la empresa en funcionamiento (Liñán, 2007).
Fuente de referencia | Definición | Objetivo | Enfoque |
---|---|---|---|
McIntyre y Roche (1999) | Proceso en que se provee a los individuos conceptos y competencias para reconocer oportunidades que otros no fueron capaces de hacerlo, y tener la inspiración y confianza para actuar cuando otros vacilan. Incluye la instrucción en reconocimiento de oportunidades, reunión de recursos en un ambiente de riesgos, e implementación de un negocio. También incluye la enseñanza de procesos de administración de negocios como planificación, desarrollo financiero, mercadotecnia, y análisis de flujos. | Capacitación | Creación de nuevas empresas |
Erkkilä (2000) | Desarrolla actitudes y comportamientos más dinámicos en los estudiantes, sin vincularlos con la creación de empresas. | Capacitación | Desarrollo del espíritu empresarial |
Comisión Europea (2002) | Un concepto amplio de educación en actitudes y capacidades empresariales que incluya el desarrollo de ciertas cualidades personales y no se centre directamente en la creación de nuevas empresas. | Capacitación | Desarrollo del espíritu empresarial |
Comisión Europea (2002) | Un concepto específico de formación dirigida a la creación de una empresa. | Capacitación | Creación de nuevas empresas |
Hytti y O´Gorman (2004) | Programas que persiguen que los participantes aprendan sobre emprendimiento, desarrollen habilidades y comportamientos empresariales, y aprendan a ser empresarios. | Sensibilización y Capacitación | Creación de nuevas empresas |
Liñán (2004) | El conjunto de todas las actividades de formación que intentan desarrollar en los participantes la intención de realizar comportamientos empresariales, o algunos de los elementos que influyen sobre esa intención, como el conocimiento empresarial, la deseabilidad de la actividad empresarial, o su factibilidad. Es decir, desarrollo de los conocimientos, capacidades, actitudes y cualidades personales identificados con la empresarialidad. | Capacitación | Creación de nuevas empresas |
Guzmán y Liñán (2005) | Las actividades formativas que incluyen en sus contenidos el análisis de la figura del empresario, o las que se centran en el proceso de creación y/o desarrollo de empresas. | Sensibilización | Creación de nuevas empresas |
Fayolle y Degeorge (2006) | Toda la sensibilización, enseñanza, entrenamiento y actividades de soporte en el campo del emprendimiento, incluyendo su ambiente, contenido, enfoques de enseñanza, recursos, profesores y otros actores. | Sensibilización | Desarrollo del espíritu empresarial / Creación de nuevas empresas |
Fayolle, Gailly y Lassas-Clerk (2006) | Cualquier programa pedagógico o proceso de educación para competencias y actitudes empresariales, que involucra el desarrollo de ciertas cualidades personales. | Capacitación | Desarrollo del espíritu empresarial |
Rasmussen y Sorheim(2006) | Puede interpretarse de dos maneras: aprendizaje sobre el espíritu empresarial como un fenómeno en sí, o como el aprendizaje de las habilidades útiles con el fin de convertirse en un emprendedor. | Sensibilización y Capacitación | Desarrollo del espíritu empresarial / Creación de nuevas empresas |
Hindle (2007) | La transferencia de conocimiento sobre cómo, por quién y con qué efectos las oportunidades para crear bienes y servicios futuros son descubiertas, evaluadas y explotadas. | Sensibilización | Creación de nuevas empresas |
Volkmann et al. (2009) | Desarrollo de las actitudes, los comportamientos y las capacidades a nivel individual. Se trata también de habilidades y actitudes que pueden tomar muchas formas durante la carrera de un individuo, creando una serie de beneficios a largo plazo para la sociedad y la economía. | Capacitación | Desarrollo del espíritu empresarial |
Akudolu (2010) | Adquisición de conocimientos, habilidades y actitudes que permite a los estudiantes comprender los retos de la vida en cualquiera de sus formas y tomar medidas decisivas para darse cuenta de las nuevas tendencias y oportunidades con el fin de cumplir con esos retos en todos los aspectos de la vida humana. | Capacitación | Desarrollo del espíritu empresarial |
Bueckmann (2014) | Conjunto de variables que componen el proceso de enseñanza-aprendizaje diseñado como estrategia para impactar en el incremento de las actitudes e intenciones hacia la creación de empresas y en el desarrollo de competencias empresariales entre los estudiantes. | Capacitación | Creación de nuevas empresas |
Comisión Europea (2016) | Desarrollo de las habilidades y la mentalidad para ser capaz de convertir las ideas creativas en acción empresarial. Este es un factor clave para todos los estudiantes, que apoyan el desarrollo personal, la ciudadanía activa, la inclusión social y la empleabilidad. Es relevante a través de todo el proceso de aprendizaje, en todas las disciplinas de aprendizaje y de todas las formas de educación y formación (formal, no formal e informal) que contribuyen a un espíritu o el comportamiento empresarial, con o sin un objetivo comercial | Capacitación | Desarrollo del espíritu empresarial |
2.2. Terminología
Una vez concretado qué es, para las autoras de este trabajo, la educación empresarial, y en lo relativo al segundo objetivo, es importante señalar que son varias las nomenclaturas que se utilizan para hacer referencia a este tipo de educación. En la literatura, es común encontrarse tanto el término entrepreneurship education como enterprise education (Bueckmann, 2014). Normalmente, la utilización de una u otra suele ir asociada a la procedencia del autor, ya que según Gibb (1993), el término entrepreneurship education normalmente es usado en Canadá y los Estados Unidos. Sin embargo, esta expresión raramente es utilizada en Reino Unido y sólo ocasionalmente en Europa, siendo más frecuente en estos países la utilización de enterprise education.
Además, por otro lado, normalmente enterprise education se refiere a aquel modelo que se centra en el desarrollo de los atributos personales y está vinculado esencialmente con el desarrollo de una cultura empresarial y entrepreneurship education es el modelo de enseñanza que utiliza un método de instrucción empresarial y persigue la creación de empresas (Liñán, 2004). En este mismo sentido, la Agencia de Garantía de Calidad para la Educación Superior de Reino Unido (QAA, 2018) define enterprise education como
"el proceso de desarrollo de los estudiantes de manera que les proporcione una capacidad mejorada para generar ideas y los comportamientos, atributos y competencias para hacerlas realidad. Se extiende más allá de la mera adquisición de conocimientos. Se trata del desarrollo de comportamientos, atributos y competencias emocionales, intelectuales, sociales y culturales. Es apropiado para todos los estudiantes y son factores que pueden mejorar las perspectivas de empleabilidad" (p. 9).
Sin embargo, define entrepreneurship education como el
"desarrollo de las competencias empresariales de los estudiantes a través del autoempleo, la creación de nuevas empresas o el desarrollo y el crecimiento de una empresa existente. Este tipo de educación se enfoca en la aplicación de las competencias empresariales y extiende el ambiente de aprendizaje a entornos de riesgo realistas que pueden incluir problemas legales, problemas de financiación, puesta en marcha y estrategias de crecimiento" (p. 9).
Una vez expuestos los términos utilizados en el mundo anglosajón y los objetivos que persiguen los diferentes autores al referirse a ellos, es importante explicar la denominación que proponemos en este trabajo. Al igual que con la terminología en inglés, existe un gran debate sobre el término a utilizar en español, siendo los más escuchados actualmente educación empresarial y educación emprendedora. De hecho, la denominación más utilizada en castellano es educación empresarial (Bueckmann, 2014; Liñán, 2004).
Es importante resaltar que el concepto educación emprendedora puede no ser totalmente adecuado ya que, al tratarse de una traducción literal del inglés, el término educación viene acompañado por el adjetivo emprendedora, lo cual puede ocasionar confusión en la correcta comprensión de este término. Como indica el diccionario María Moliner, el adjetivo «expresa alguna cualidad del objeto designado por él», es decir, califica o determina al sustantivo. En este caso, según la Real Academia Española (2019), emprendedor significa “que emprende con resolución acciones o empresas innovadoras”. Por ello, el término educación emprendedora, podría interpretarse como aquella enseñanza que innova o se realiza de manera diferente al resto de educación, es decir, que diseña nuevos contenidos y metodologías curriculares, o pone en marcha iniciativas y experiencias innovadoras en el campo educativo. Sin embargo, empresarial se define como “perteneciente o relativo a las empresas o a los empresarios” (Real Academia Española, 2019) lo que permite que el término “educación empresarial” recoja de mejor manera la definición expuesta previamente. De esta manera, la Figura 1 muestra las interrelaciones entre los términos anglosajones y castellanos utilizados hasta la fecha en el ámbito de la educación empresarial, así como la propuesta que hacemos en este trabajo.
2.3. Clasificación
Una vez acordamos como denominar y definir la educación empresarial (a partir de ahora EE), es importante abordar el tercer objetivo. De esta manera, no solamente es importante definir qué se entiende por este tipo de educación, si no conocer las distintas clasificaciones dentro de ella.
En primer lugar, es importante clasificar este tipo de educación en función del objetivo concreto que se persigue. De este modo, teniendo en cuenta las definiciones previamente analizadas y las clasificaciones aportadas por otros autores (Curran y Stanworth, 1989; Garavan y O'Cinneide, 1994; Guzmán y Liñán, 2005), se plantean dos categorías principales: la sensibilización hacia la actividad empresarial y la capacitación.
- Sensibilización hacia la actividad empresarial: incrementar el número de personas que tienen un suficiente conocimiento sobre las pequeñas empresas y el autoempleo, de forma que consideren esta alternativa como una opción racional y viable. Es decir, fomentar emprendedores potenciales.
- Capacitación: ofrecer preparación para el desarrollo de las capacidades necesarias con el fin de que un individuo deje de ser empleado y pase a ser dueño de su propio negocio. Es decir, convertir emprendedores potenciales en emprendedores nacientes.
En este sentido, es importante señalar que, según Liñán (2007), la sensibilización hacia la actividad empresarial pretende conseguir la creación de más emprendedores potenciales, independientemente de si crean su compañía inmediatamente después de la formación. De acuerdo con los modelos de intención, estaría actuando sobre uno o algunos de sus antecedentes (conocimiento empresarial, deseabilidad o viabilidad), e indirectamente en la intención. Por otra parte, en la educación para la creación de empresas es muy común seleccionar personas que muestran un alto nivel previo de intención, es decir, que ya son posibles emprendedores, de tal manera que se concentran en las cuestiones prácticas para la puesta en marcha de la empresa. De esta manera, lo ideal sería que los participantes se convirtiesen en emprendedores nacientes durante o (justo) después del curso.
Por otro lado, y en segundo lugar, en su estudio, Pittaway (2009) clasifica la EE en cuatro grandes grupos que delimitan los diferentes tipos de EE existentes (Figura 2). Además, son numerosos los trabajos que apoyan esta clasificación (Tabla 2). Por tanto, es importante también atender a la forma en la que se imparte esta educación siendo definidas cada una de ellas de la siguiente manera:
Educación SOBRE emprendimiento | Educación PARA el emprendimiento | Educación A TRAVÉS del emprendimiento | Educación EN emprendimiento | |
---|---|---|---|---|
Handscombe et al.(2005) | ✔ | ✔ | ✔ | ✔✔ |
Kirby (2007) | ✔ | ✔✔ | ✔ | |
Pittaway y Cope (2007b) | ✔ | ✔ | ✔✔ | |
Handscombe et al. (2008) | ✔ | ✔ | ✔ | ✔✔ |
Pittaway (2009) | ✔ | ✔ | ✔ | ✔✔ |
Taatila (2010) | ✔ | ✔✔ | ✔✔ | |
Pittaway y Edwards (2012) | ✔✔ | ✔✔ | ✔✔ | ✔✔ |
Educación sobre emprendimiento (Handscombe et al., 2008; Kirby, 2007; Pittaway, 2009; Pittaway y Cope, 2007b; Pittaway y Edwards, 2012). El objetivo es crear conciencia sobre el emprendimiento y la creación de empresas. De esta manera se preocupa de dar a conocer la iniciativa empresarial enseñando a los estudiantes información útil y relevante sobre la empresa, así como el papel de los empresarios y, en particular, sus roles y funciones en la economía y la sociedad. Así se consigue sensibilizar a los estudiantes sobre las cuestiones relacionadas con la creación y gestión de una empresa desde una perspectiva fundamentalmente teórica, utilizando las técnicas tradicionales (conferencias, seminarios y estudios de casos). Según Laukkanen (2000), este tipo de educación consiste en la promoción, construcción y estudio de las teorías sobre los empresarios, la creación de empresas, los efectos económicos de los factores de emprendimiento, de éxito y fracaso, así como las pequeñas y medianas empresas (Haase y Lautenschläger, 2011).
Educación para el emprendimiento (Handscombe et al., 2008; Kirby, 2007; Pittaway, 2009; Pittaway y Cope, 2007b; Pittaway y Edwards, 2012). Es más específica y su objetivo es ayudar a los participantes a crear su propia empresa. Es decir, equiparlos con un conjunto de habilidades personales, atributos y competencias que les permitan tener éxito como emprendedores y dotarlos de los conocimientos y habilidades para iniciar y hacer crecer un negocio. La adquisición de estas habilidades empresariales se realiza mediante el aprendizaje práctico. Este enfoque incluye algunas formas de planificación de negocios y la mayoría de las simulaciones por ordenador. Por tanto, se ocupa de los emprendedores actuales y potenciales, y tiene por objeto estimular el proceso empresarial, así como proporcionar todas las herramientas necesarias para la puesta en marcha de la empresa (Laukkanen, 2000).
Educación a través del emprendimiento (Handscombe et al., 2008; Kirby, 2007; Pittaway, 2009; Pittaway y Cope, 2007b; Pittaway y Edwards, 2012). La educación se realiza a través de la empresa, utilizando el proceso de creación de la compañía para ayudar a los estudiantes a adquirir una amplia gama de conocimientos del negocio y habilidades o competencias empresariales. El objetivo es proporcionarles un entorno de aprendizaje que les permita dedicarse a la actividad empresarial real, es decir, involucrar a los estudiantes en la práctica de la iniciativa empresarial, y por lo general utilizar el aprendizaje experimental y activo. Aunque en la práctica hay un solapamiento entre la "educación para" y la "educación a través de", la diferencia suele ser que esta última permite la práctica real del emprendimiento en condiciones seguras (cursos que permiten a los estudiantes crear empresas "reales" o se involucran en consultoría dentro de un contexto empresarial).
Educación en emprendimiento (Pittaway, 2009; Pittaway y Edwards, 2012). Este tipo de práctica educativa está integrada normalmente dentro de los cursos centrados en otras disciplinas o materias. La fuerza impulsora detrás de esta forma es proporcionar a los estudiantes, dentro de los temas no empresariales, la conciencia y la experiencia de la iniciativa empresarial directamente dentro de su disciplina; por lo que el emprendimiento que aprenden es relevante para su campo de interés. Se puede suponer que los tres tipos anteriores pueden utilizarse en esta educación, pero, en última instancia, estaría incorporada dentro de un curso centrado en un tema diferente. Es decir, es una forma de insertar conceptos empresariales y formas de aprendizaje en las disciplinas existentes, de modo que los estudiantes puedan aprender junto a su tema principal de interés.
Por tanto, para clasificar la EE (Tabla 3) se deben tener en cuenta dos criterios de vital importancia: el objetivo y la forma de impartirlo. Es por ello, que todos los trabajos que analicen los efectos de la EE, deberían enmarcar su estudio en función de estos dos criterios, con el fin de facilitar la comparabilidad de los resultados de los diferentes estudios a posteriori.
Educación Empresarial (EE): Actividades formativas que desarrollen las capacidades, actitudes, cualidades personales y técnicas asociadas a la iniciativa empresarial o aquellas dirigidas a concienciar sobre la actividad empresarial con el fin de crear una empresa. | |||
CLASIFICACIÓN | |||
OBJETIVO | Sensibilización (Fomentar emprendedores potenciales) | Capacitación (Fomentar emprendedores nacientes) | |
FORMA | Educación sobre emprendimiento | Educación para el emprendimiento | Educación a través del emprendimiento |
Educación en emprendimiento |
3. Efectos de la educación empresarial en los estudiantes
El creciente apoyo que está recibiendo el emprendimiento en los últimos años lo convierten en una de las principales estrategias a tener en cuenta para el futuro (Van Lakerveld y Bauer, 2015) y en uno de los ingredientes clave de una economía moderna, social y sostenible, garante del bienestar social (GEM España, 2015). Es por ello que la EE se presenta como una de las inversiones más rentables que puede realizar cualquier país en Europa (Comisión Europea, 2013). De hecho, actualmente son numerosos los esfuerzos en incrementar el número de emprendedores nacientes o personas involucradas en la puesta en marcha de un negocio con el fin de impulsar la economía de los diferentes países. Para ello, los programas de EE pretenden inculcar la deseabilidad (deseo de lanzarse a la carrera empresarial) y la viabilidad (habilidades y conocimientos necesarios para crear y gestionar una empresa) de la iniciativa empresarial (Giacomin et al., 2011; Hills, 1988), convirtiéndose este tipo de educación en un elemento fundamental para estimularla. Concretamente, esta educación obtiene resultados positivos en el dinamismo emprendedor de nuestras economías ya que, como los estudios previos indican, la probabilidad de que un estudiante cree una empresa en algún momento de su vida es de tres a seis veces mayor si ha recibido EE (Comisión Europea, 2014). Además, no solo se aprecian beneficios en relación a la creación de empresas, sino que permite a los jóvenes desarrollar el espíritu, la competencia y el comportamiento empresarial, como la creatividad, la iniciativa, la tenacidad, el trabajo en equipo, el conocimiento del riesgo y el sentido de la responsabilidad, lo cual les convierte en personal más apto e intraemprendedor en sus respectivos empleos (Comisión Europea, 2013). De este modo, según Formichella (2004), este tipo de educación aumenta el espíritu empresarial de los individuos, lo que se traduce en la creación de más empresas, el crecimiento de aquellas existentes y la generación de autoempleo. Por tanto, según esta autora la mejora de la EE favorece el desarrollo socio económico de un país al disminuir el desempleo. Además, no solo tiene una influencia a nivel individual, sino que también aumentan las cualidades empresariales de la comunidad, lo que se transforma en la aparición de nuevas e innovadoras iniciativas que facilita la tarea de los agentes de desarrollo, favoreciéndose así la generación de proyectos y la formación de redes sociales ayudando al desarrollo local en ese territorio.
Por otro lado, la Comisión Europea (2004) destaca que este tipo de educación ayuda a alcanzar la comprensión del papel de los empresarios en la sociedad, permite a los estudiantes estar en contacto con ellos, elevar sus intenciones de emprender y adquirir mayores niveles de emprendimiento. Además, permite concienciar acerca de la posibilidad del empleo por cuenta propia, enseña cómo poner en marcha una empresa, así como impulsa desde una edad temprana las capacidades personales que forman la base del comportamiento empresarial. Esta idea también es defendida por Raposo y do Paco (2011), que resaltan la importancia de la EE por estimular la iniciativa empresarial al ofrecer a las personas una mayor autonomía, auto-confianza y una serie de conocimientos que les otorga mayor capacidad para reconocer las oportunidades, aprovecharlas mediante la generación de nuevas ideas, encontrar los recursos necesarios y crear y dirigir una nueva empresa. No obstante, a pesar de que los programas de emprendimiento desarrollados por las universidades para la comercialización y la enseñanza del espíritu empresarial causan un gran impacto sobre la propensión e intencionalidad de los estudiantes, algunos autores consideran que hay poca evidencia de que posteriormente se creen nuevas empresas (Pittaway y Cope, 2007a).
En cualquier caso, la poca evidencia que existe con respeto a esta temática es tendente a identificar una relación positiva entre la EE y la creación de empresas, especialmente por el efecto positivo que esta educación causa en las intenciones de emprender. Por ejemplo, en un estudio de Peterman y Kennedy (2003) en el que se analiza el efecto de la participación de los estudiantes de secundaria en un programa de EE sobre la percepción de la viabilidad y conveniencia de iniciar un negocio en Australia, se llega a la conclusión de que el programa aumenta positivamente la deseabilidad percibida y la viabilidad de iniciar un negocio. Además, se analizaron dos grupos, uno que participa en el programa educativo y otro que no, mostrando que la deseabilidad y la percepción de viabilidad del grupo que participa son significativamente más altas después del curso. Sin embargo, se mantiene sin cambios o son significativamente más bajas en el grupo de control. Por otra parte, se determina que los participantes con experiencias previas menos positivas tienen mayores posibilidades de registrar un mayor aumento de estas variables con el programa de EE que los participantes con mucha experiencia previa o muy positiva.
En este mismo sentido, Rauch y Hulsink (2015) comparan un programa de máster de emprendimiento con un programa de máster de gestión para evaluar la efectividad de la EE basándose en la teoría del comportamiento planificado (TPB). Los hallazgos sugieren que este tipo de educación es efectiva. Concretamente, los estudiantes que participan en la EE muestran una mejora en la actitud hacia el emprendimiento y el control del comportamiento percibido. Asimismo, una vez terminado el programa tienen mayores intenciones empresariales. Por tanto, estos autores defienden que la EE tiene un efecto positivo en la actitud, el control del comportamiento percibido y la intención de convertirse en emprendedor. Y puesto que la intención de convertirse en emprendedor afecta al comportamiento empresarial, la EE tiene un impacto sobre dicho comportamiento.
Por otro lado, Sánchez (2011) realiza un estudio centrado en los rasgos específicos de la personalidad y su relación con la intención de convertirse en trabajadores por cuenta propia. Sus resultados indican que al final de un programa de emprendimiento, los estudiantes perciben una mayor auto-eficacia, proactividad, toma de riesgos e intención de convertirse en autoempleados que al inicio del programa. En consecuencia, confirma el efecto de la educación en las competencias y las intenciones hacia un comportamiento (autoempleo). Es por esto que la principal implicación práctica de quienes desarrollan programas de enseñanza empresarial debe ser la formación en las competencias consideradas clave para emprender una aventura empresarial y no sólo la formación en el conocimiento y los recursos necesarios para iniciar un negocio. Esta formación en competencias empresariales conlleva implícitamente un elemento inspirador que será lo que dé lugar a la actitud y la intención y aumente el interés de los estudiantes en probar la carrera empresarial. En la misma línea, el estudio realizado por Sánchez-García y Hernández-Sánchez (2016), en el que se analizan los efectos de un programa de EE, se demuestra que los participantes en este curso obtienen una mejora importante en las competencias e intenciones para emprender y, por tanto, una actitud positiva hacia el comportamiento empresarial, así como la capacidad de crear alerta crítica y tener una visión real de los problemas de emprendimiento. Los resultados obtenidos en el estudio demuestran que los valores medios de los estudiantes que siguieron el programa fueron significativamente superiores a los obtenidos antes del programa y a los obtenidos por la muestra de control para la autoeficacia, proactividad, riesgo e intención para autoemplearse.
Por el contrario, algunos autores señalan que la enseñanza causa un gran impacto sobre esta propensión e intencionalidad, pero esta no siempre es positiva. Por ejemplo, Von Graevenitz et al. (2010) defienden que la EE podría tener efectos negativos si se tiene éxito en convencer a los que no son aptos para la actividad empresarial de que deben convertirse en empresarios. Por tanto, consideran que esta educación puede informar a los estudiantes y permitirles descubrir sus habilidades específicas, de tal manera que a veces incluso una disminución en las intenciones empresariales puede ser socialmente valiosa. De este modo, apoyan que la EE es una manera de informar a los estudiantes acerca de las opciones laborales. Además, determinan que los estudiantes actualizan sus creencias acerca de su aptitud empresarial, es decir, que el programa educativo tiene efectos positivos en las habilidades empresariales autopercibidas de los estudiantes. En esta misma línea, Oosterbeek et al. (2010) realizan un estudio que consiste en analizar el impacto de un programa de EE en las competencias y las intenciones empresariales. Según estos autores, el efecto sobre las intenciones empresariales es significativamente negativo, lo cual puede deberse a una visión más realista de lo que se necesita para iniciar un negocio propio. Del mismo modo, Kassean et al. (2015) estudian el impacto que tienen las actividades habituales que se realizan en una clase de emprendimiento sobre los procesos motivacionales de los estudiantes relacionados con carreras empresariales. Estos autores, señalan que estas actividades están impactando los procesos de motivación de los estudiantes, para bien o para mal. Es decir, parece más probable que los estudiantes que las desempeñan deseen emprender y sean más propensos a esperar resultados más positivos del emprendimiento. Sin embargo, según este estudio, los estudiantes parecen menos confiados en las habilidades que los ayudarán a participar con éxito en el emprendimiento. Por tanto, las actividades habituales que se imparten en la EE influyen negativamente en la autoeficacia empresarial de los estudiantes. Esto puede deberse, al igual que en el estudio anterior, a que al participar en estas actividades, los estudiantes obtienen una perspectiva más realista de su preparación y a través de esta exposición y el posterior proceso de aprendizaje, pierden confianza en sus habilidades empresariales.
EFECTOS POSITIVOS | |
Peterman y Kennedy (2003) | Aumento de la deseabilidad percibida y la viabilidad de iniciar un negocio. |
Comisión Europea (2004) | Comprensión del papel de los empresarios. |
Contacto con empresarios. | |
Mayor intención de emprender. | |
Formichella (2004) | Se forjan y potencian las aptitudes empresariales. |
Von Graevenitz et al. (2010) | Informa a los estudiantes. |
Auto percepción habilidades empresariales. | |
Raposo y do Paco (2011) | Estimula la iniciativa empresarial. |
Mayor autonomía, auto-confianza y conocimientos. | |
Sánchez (2011) | Mayor auto-eficacia, proactividad y propensión al riesgo. |
Mayor intención de convertirse en autoempleados. | |
Rauch y Hulsink (2015) | Aumento en las actitudes y el control del comportamiento percibido. |
Aumento de la intención de emprender. | |
Sánchez-García y Hernández-Sánchez (2016) | Se forjan y potencian aptitudes empresariales. |
Aumento de la intención de emprender. | |
EFECTOS NEGATIVOS | |
Oosterbeek et al. (2010) | Efecto sobre las habilidades empresariales autopercibidas de los estudiantes es insignificante. |
Intención de convertirse en empresario es menor. | |
Von Graevenitz et al. (2010) | Convence a los que no son aptos para la actividad empresarial en que deben convertirse en empresarios. |
Kassean et al. (2015) | Efecto sobre la autoeficacia empresarial de los estudiantes es negativa. |
Por último, y en relación con los efectos que tiene la EE sobre los estudiantes, Nabi et al. (2017) realizan una extensa revisión de la literatura en la que analizan 159 artículos publicados acerca del impacto de la EE sobre una serie de variables empresariales en la educación superior. En este estudio, los autores señalan que el impacto de este tipo de educación está mayoritariamente relacionado con los indicadores del cambio personal: la actitud (32 artículos), las habilidades y conocimientos (34 artículos), la viabilidad percibida (42 artículos) y la intención empresarial (81 artículos). En el caso de la actitud, de los 32 artículos analizados, 26 presentan relaciones positivas entre la EE y ésta. En el caso de las habilidades y conocimientos, este valor es de 25. En ambas variables, solo un artículo de los examinados muestra relaciones negativas. Por otro lado, los artículos que presentan una relación positiva de la viabilidad percibida y las intenciones empresariales con la EE, ascienden a 32 y 61, respectivamente. En este caso, existen 4 artículos que presentan relaciones negativas con la viabilidad percibida y 5 con las intenciones empresariales, cifra bastante inferior a los que muestran relaciones positivas. El resto de artículos analizados o tienen influencias positivas indirectas, mixtas o no significativas. Por lo tanto, se demuestra que, a pesar de la existencia de investigaciones que no apoyan el efecto positivo de la EE, según la mayoría de estudios esta sí contribuye al desarrollo de (1) las intenciones empresariales y sus determinantes (actitud y viabilidad) y (2) las habilidades de los estudiantes.
4. Conclusiones
La iniciativa empresarial es un componente crucial del crecimiento económico, de la innovación y del empleo que con el paso del tiempo adquiere cada vez más importancia. Puesto que el tejido empresarial en Europa está compuesto principalmente por Pymes y éstas desempeñan un papel económico fundamental, se realizan numerosos esfuerzos en incrementar el número de emprendedores nacientes o personas involucradas en la puesta en marcha de un negocio con el fin de impulsar la economía de los diferentes países. Estos esfuerzos se traducen en la necesidad de proporcionar a los futuros empresarios las destrezas necesarias para el inicio y desarrollo de los negocios, para lo cual se utiliza el sistema educativo con el objetivo de proporcionar las capacidades y habilidades que les permitan desempeñar esta acción. De este modo, se establecen los programas de EE con el principal objetivo de inculcar la deseabilidad y la viabilidad de la iniciativa empresarial. Con esto se pretende elevar la intención de emprender del estudiante que resulte en la creación de nuevas empresas alcanzando así un mayor desarrollo económico y social.
Puesto que la EE está adquiriendo mayor relevancia, convirtiéndose en un importante tema de investigación, es fundamental definir adecuadamente este concepto. Sin embargo, el análisis de la literatura especializada sobre los distintos programas de EE muestra un gran número de dificultades en su conceptualización. Por tanto, en este trabajo proponemos una definición y terminología con el fin de unificar el concepto.
Además, destacar que es importante clasificarlos en base a dos criterios. Primero, en función del objetivo, criterio por el cual se distinguen dos categorías de programas: los dedicados a la sensibilización para aumentar el número de emprendedores potenciales y los centrados en la capacitación para aumentar el número de emprendedores nacientes. Y segundo, en función de la forma en la que se imparte: la educación sobre/para/a través de/en emprendimiento. Esto permite que la comparación de los resultados sea aún más precisa, conocer si los diferentes programas de EE están cumpliendo con los objetivos deseados y analizar si son todos igual de efectivos.
Por último, como se ha podido observar, son varios los estudios que demuestran que la EE tiene una serie de efectos positivos sobre los estudiantes, como el aumento de la deseabilidad percibida y la viabilidad de iniciar un negocio, la comprensión del papel de los empresarios, el fortalecimiento de las aptitudes empresariales, la sensibilización hacia la actividad empresarial y el incremento de la autonomía, autoconfianza y conocimientos empresariales, así como otras características asociadas al emprendedor. Si bien no todos los estudios apoyan el efecto positivo de la EE, sí lo hacen la mayoría de ellos. Por tanto, es importante seguir trabajando en mejorar la oferta de este tipo de educación.
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- Copyright 2020 Paula San-Martín, Ana Fernandez-Laviada, Andrea Pérez
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- Submitted: 2019-05-10 Accepted: 2019-10-14 Published: 2020-01-01